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telescopios

¡¡ ANTES DE TODO!!   El primer dispositivo para observar el cielo es un lugar oscuro y ¡nuestros ojos!  

Después podemos seguir con unos prismáticos (preferiblemente de sistema "porro" y de tamaño 7x50 o similar).  Y si te acompaña alguien que sepa más que tú, eso ya sería ideal.

Pero en esta sección te hablaré del siguiente paso, que es la elección de un telescopio.  Y esto es lo complicado.  Como siempre aconsejo, lo mejor es consultar con alguien que sepa un poco y te pueda asesorar.  Esa es una de las funciones principales de cualquier Agrupación Astronómica.

Pero si has llegado hasta aquí te voy a explicar "por encima" algo para que te puedas hacer una idea del tema en cuestión.

Telescopios hay muchos y no hay uno que valga para "todo".  No es lo mismo usarlos para observación visual que para fotografía. 

Fundamentalmente hay 3 tipos de telescopios:  Refractores, Reflectores y Catadióptricos.  Pero todos comparten dos partes fundamentales: el tubo telescópico propiamente dicho y la Montura que lo soporta.

Las lentes y espejos que componen el dispositivo óptico están encerrados en un tubo metálico, por lo general de baja densidad y alta resistencia mecánica, lo cuál da estabilidad y seguridad a dichos componentes ópticos. Y de la calidad de dichos componentes dependerá la calidad de la observación  ( y su precio,  claro).

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Este es el típico tubo estrecho y alargado. Utiliza únicamente lentes (no espejos) y dan una calidad óptica muy buena.  Tienen una lente en la entrada del tubo que redirige el haz de luz a lo largo del tubo hasta el plano focal donde se coloca el ocular por donde llega la imagen a nuestro ojo. Dependiendo del número de lentes y su disposición pueden ser de tipo acromático, apocromático, doblete, etc. Suelen ser los más caros . 

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Este sería un telescopio reflector. A diferencia de los refractores no usa lentes sino espejos. La luz entra por el tubo abierto y se refleja en el espejo primario, más o menos cóncavo,  que está en el fondo del mismo. El haz reflejado se concentra en un segundo espejo anclado cerca de la entrada del tubo y es desviado en un ángulo determinado a través del ocular fijado en un lateral del mismo por donde recibimos la imagen.  Debido a este "doble" recorrido del haz de luz obtienen la misma distancia focal que los refractores, pero con la mitad de distancia de tubo. Al usar sólo espejos aluminizados son más baratos que los anteriores.

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El telescopio catadióptrico utiliza una combinación de los otros dos, es decir espejos y lentes. Por su diseño es el que consigue mayor longitud focal con el mínimo espacio.  En el refractor la luz sigue un único camino hasta nuestro ojo; en el reflector hace un camino doble, y en el catadióptrico lo hace triple.

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Aunque todos se pueden utilizar indistintamente, cada uno está especialmente indicado para un objetivo distinto.

Así tenemos que los refractores son excelentes tubos para utilizarlos en fotografía por su calidad óptica, así como para visual, si bien suelen tener aberturas pequeñas debido a su precio. Un buen refractor apocromático de 80 mm de abertura rondará los 800 €,  mientras que con 100 mm puede superar fácilmente los 1.200 €. Uno de 150 mm se acercará a los 2.500 €.  De ahí para arriba. 

Sin embargo, los reflectores tienen mucha más abertura por el mismo precio, por lo que son unos grandes "tragaluces". Así podemos hacernos con uno de 200 mm de apertura y 1.000 mm de distancia focal por unos 400 €.  Son muy adecuados tanto para observar nebulosas y galaxias brillantes como para fotografía de cielo profundo de objetos mucho más débiles.

Por su parte, los catadióptricos funcionan de maravilla para observar la Luna y los planetas, ya que son unos potentes teleobjetivos idóneos para observar pequeños detalles en la Luna así como los planetas que resultan muy pequeños a simple vista. Un buen tubo de este tipo de 150 mm de abertura está en unos 800 €.

MONTURAS

Algo muy importante, y que muchos principiantes les dan poca importancia, es la montura; es decir el aparato que debe soportar el peso del telescopio.  Y digo que es muy importante porque de su capacidad de carga depende el buen funcionamiento de todo el conjunto.  De nada sirve montar un telescopio de 10 Kg si nuestra montura sólo es capaz de cargar con 5 kg.  Tendremos problemas  desde el primer momento y no conseguiremos hacer una observación en condiciones. Ten en cuenta que además del peso del telescopio está el de los contrapesos y dispositivos ópticos (oculares, ruedas de filtros, cámaras, etc.) Resumiendo, si todo el conjunto te va a pesar unos 10 Kg, necesitas una montura capaz de cargar con, al menos, 15 kg.  Esto permitirá a la montura mover sus engranajes sin dificultad y alargarás la vida de la misma.

Hay monturas de tipo azimutal y de tipo ecuatorial. Las primeras pueden ser utilizadas principalmente en observación visual o en fotografía de poco tiempo de exposición, mientras que las segundas son las apropiadas para realizar fotografía de larga exposición debido a que funcionan con un eje que sigue el movimiento terrestre, por lo que son más efectivas para este propósito.

Dentro de estas últimas hay dos tipos básicamente: las monturas alemanas y las de horquilla.

Las ecuatoriales alemanas son las más extendidas y las que verás más a menudo; las de horquilla llevan un bastidor en forma de "U", entre cuyos brazos se coloca el tubo óptico (telescopio). Suelen tener un soporte más rígido y se utiliza hoy día en telescopios de tipo Cassegrain y Maksutov.  Son más caras que las alemanas, pero dan mucha estabilidad, ya que han de soportar tubos más pesados normalmente.

Por su parte las monturas alemanas no necesitan tanto peso y se adaptan perfectamente a telescopios refractores y reflectores; también a catadióptricos no demasiado pesados.

OCULARES

Los oculares son los dispositivos que tenemos que acoplar al telescopio para realizar la observación visual. A través de ellos nos llegará la luz de los objetos que queramos observar.  Aquí también hay que tener en cuenta lo que queremos observar, pues para cada caso tendremos distintos dispositivos con diferentes ampliaciones. Conviene que sean de construcción metálica y de cierta calidad (desechar los que vienen con telescopios sencillos de plástico).  Para observar detalles de la Luna o planetas necesitaremos mucha ampliación y menos luz, pero para cúmulos estelares o galaxias será al contrario, menos ampliación y mucha más luminosidad.

TRÍPODE

Y si todo esto es importante, no lo es menos el trípode que debe soportar todo lo demás.  Deberá ser robusto y fiable ya que cualquier movimiento de un pequeño golpe o alguna brisa más alta de viento los desestabiliza sin que lo veamos y perjudica la visión y, sobre todo, la toma de fotografías.

Normalmente si compras un telescopio de gama media o alta vendrá con los accesorios necesarios (buscador, algún ocular...), y suelen ser de buena calidad. Los telescopios baratos que se venden en el mercado a precios muy bajos no tienen calidad "astronómica" y suelen acabar guardados en el armario o trastero. 

TIPOS DE TELESCOPIOS

Como te he explicado antes no todos los telescopios son adecuados para "todo".  Cuanto más débil sea la luz que nos llegue de un objeto mayor será la abertura del telescopio adecuado. Así tenemos los siguientes tipos de tubo:

REFRACTORES:  tienen una lente delante del tubo (puede ser acromática o apocromática) y un porta ocular al final del mismo donde se coloca el ocular que es el que actúa como lente de aumento.  Muy indicados principalmente para fotografía de cielo profundo de larga exposición.  Tienen buena calidad óptica y, aunque no tienen mucha abertura, las cámaras actuales consiguen el suficiente acopio lumínico para obtener buenas imágenes; cosa que nuestro ojo es incapaz de realizar.

REFLECTORES:  hay dos tipos principales.  Uno es de tipo Newton, ya que fue este científico quien lo inventó. Son tubos abiertos (sin cerrar por delante) que tienen un espejo primario cóncavo aluminizado al fondo del tubo que refleja (de ahí su nombre) la luz de nuevo hacia el centro superior del tubo, donde hay un soporte llamado araña que alberga un segundo espejo más pequeño; este secundario desvía la luz hacia la pared del tubo donde se coloca el ocular para la observación.

El otro tipo es el Cassegrain, que diseñó el francés Lorein Cassegrain en el siglo XVII.  Es muy similar, solo que el espejo secundario refleja el haz lumínico a un tercer espejo que es el que desvía la luz al ocular. Muy apreciados en astrofotografía por su amplia captación de luz y su relación calidad/precio.

CATADIÓPTRICOS:  Combinan las ventajas de los refractores y los reflectores, ya que utilizan una configuración de lentes y espejos. Hay dos tipos principales.  Uno es el Schmidt-Cassegrain, que utiliza una distancia focal muy larga, lo que los hace apropiados para observación lunar y planetaria.  El otro es de tipo Maksutov, que es igual que el anterior pero que sustituye la lámina Schmidt por una lente  divergente.  Debido a su larga focal no son apropiados para observación de cielo profundo.

RESUMEN:  Para observar la Luna vale cualquiera, preferiblemente los de mayor distancia focal. 

Para planetas necesitamos mucha distancia focal, preferibles los maksutov o schmidt-cassegrain.

Para observar nebulosas y galaxias lo que necesitamos es mucha luz y, por  lo tanto, poca distancia focal. Aquí los reyes son los Newton; también los refractores de corta focal.

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